La lipoescultura, también conocida como liposucción, es una técnica quirúrgica avanzada que permite esculpir el contorno corporal mediante la eliminación del exceso de grasa localizada entre la piel y el músculo. Este procedimiento está especialmente indicado para aquellas zonas donde la grasa persiste a pesar del ejercicio o la dieta, y que muchas veces tienen un componente hereditario.
¿En qué consiste?
La liposucción se realiza utilizando una cánula de acero inoxidable conectada a un sistema de succión. Esta se introduce a través de pequeñas incisiones en la piel, removiendo la grasa al crear finos túneles bajo la superficie. Tras la intervención, estos túneles colapsan, dando lugar a una figura más armónica y definida.
Zonas que se pueden tratar
Las áreas más comúnmente tratadas con liposucción son:
- Abdomen
- Caderas y flancos
- Muslos
- Rodillas
- Pantorrillas y tobillos
- Zona submentoniana (papada)
Resultados duraderos
Las células grasas eliminadas no vuelven a regenerarse. Siempre que el paciente mantenga un peso estable, el contorno corporal logrado será permanente. Incluso si hay un aumento de peso, las zonas tratadas con liposucción tienden a acumular menos grasa que antes del procedimiento.
Técnica tumescente: mayor seguridad y confort
Actualmente, la técnica más segura y efectiva es la liposucción tumescente. Desarrollada en 1985, consiste en infiltrar una solución con lidocaína (anestésico local) y epinefrina (vasoconstrictor) que reduce el sangrado y el dolor, eliminando la necesidad de anestesia general o sedantes. Esta técnica permite una recuperación más rápida, con menor riesgo de complicaciones y excelentes resultados estéticos.
Riesgos y recuperación
Como toda cirugía, la liposucción puede presentar efectos secundarios como hinchazón, hematomas o entumecimiento temporal. Sin embargo, gracias al uso de microcánulas y la técnica tumescente, las irregularidades en la piel son mínimas.
Los resultados finales se aprecian entre 12 y 16 semanas postoperatorias, aunque muchas personas notan mejoras visibles a las 2-4 semanas.
En casos excepcionales pueden surgir complicaciones como infecciones, sangrado o lesión nerviosa, pero su incidencia es baja con técnicas modernas y un equipo profesional experimentado.
Retorno a la rutina
La recuperación suele ser rápida. Muchos pacientes retoman actividades cotidianas leves en pocos días, y actividades físicas como trotar o hacer ejercicio suave dentro de la primera semana, siempre siguiendo las indicaciones médicas.
Este procedimiento es ambulatorio e incluye:
- Evaluación médica inicial
- Cirugía en pabellón
- Honorarios del equipo médico
- Controles postoperatorios